«A principios de los 2000, este centro comercial se convirtió en la nueva “Mansión Morózov”, ridiculizado por todos a causa de su vulgaridad. La pretenciosa arquitectura postmoderna parece una expansión de un edificio de las calles más antiguas de Moscú, pero en este lugar estuvieron situadas las puertas de Vladímir, la muralla Kitái-Gorod y la capilla de San Pantalemón, edificios que también abundaban en detalles arquitectónicos chabacanos. Además, esta área siempre ha sido muy comercial, por lo que un centro comercial era bastante adecuado.»